miércoles, 21 de junio de 2017

El rostro original del niño

El rostro original del niño es tan valioso que cualquier problema vale la pena. Es tan valioso que, pagues lo que pagues, sigue siendo barato; no te está costando nada. Y qué alegría el día que te encuen­tras a tu hijo con su rostro original intacto, con la misma belleza que trajo al mundo, la misma inocencia, la misma claridad, la misma ale­gría, jovialidad, la misma vitalidad... ¿Qué más puedes pedir?
Tú no le puedes dar nada al niño, sólo puedes tomar. Sí real­mente quieres hacerle un regalo al niño, éste es el único posible: no interfieras, arriésgate y deja que el niño se adentre en lo desco­nocido, en lo inexplorado, en su vida. Es difícil un gran temor paraliza a los padres: ¿quién sabe lo qué le puede pasar al niño?
Por este temor empiezan a moldear un cierto patrón de vida en el niño. Por este temor comienzan a dirigirle hacia un camino determinado, hacia un objetivo particular, pero no saben que por ese temor están destruyendo al niño, no será feliz, no te lo agradecerá; siempre cargará resentimientos.

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